"Si la guerra se extiende y si EU se involucra puede afectar variables económicas", advirtió Gabriela Siller, directora de análisis Económico Financiero de Banco Base.
A pesar de la distancia geográfica, México no escapa a las repercusiones del conflicto armado entre Israel y Palestina. Las mayores consecuencias se reflejan en la posible desestabilización económica, especialmente a través del impacto en el precio del petróleo a nivel internacional. En caso de prolongarse el enfrentamiento y de una intervención más directa de Estados Unidos, el país podría enfrentar complicaciones adicionales, afectando la inflación y presionando los precios de energéticos. Aunque la inflación en México y EE. UU. ha estado bajo control, los bancos centrales de ambos países han anunciado mantener tasas de interés elevadas mientras persista la presión inflacionaria global.
En relación con el conflicto entre Israel y Palestina, la operadora de fondos Actinver destaca que, a pesar de no ser actores clave en el mercado de petróleo, la escalada en el conflicto ha aumentado la volatilidad en el mercado de energéticos.
"Con la aversión al riesgo cambian los portafolios de inversión y se dejan de lado las inversiones riesgosas para tomar activos considerados seguros, como el oro, dólar, franco suizo y yen japonés. Con esto, el tipo de cambio peso-dólar sube, al ser menos valorado el peso, en relación al dólar", indicó Siller.
Además, se señala que Israel es el principal socio comercial de México en Medio Oriente, y viceversa, siendo México el segundo socio comercial latinoamericano de Israel. En 2021, el comercio bilateral entre ambas naciones alcanzó los 1,051 millones de dólares.
La interconexión económica global hace que eventos como el conflicto en Oriente Medio puedan tener impactos significativos en países distantes geográficamente. La atención y precaución de los gobiernos y entidades financieras son cruciales para mitigar los posibles efectos adversos en la economía.
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